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CASOS Y COSAS

Cartel de la casa cuartel de Caudiel

El duque de Ahumada dispuso el 3 de diciembre de 1856 que “las tablillas que han de colocarse en las fachadas de las casas–cuarteles de todos los puestos (……..) sean de treinta y dos pulgadas de largo por veinticuatro de ancho (……..) el color será claro  (……) una inscripción de color negro al óleo: CASA CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL”.

Por otra parte, el Gobierno de Franco ordenó el 13 de enero de 1937 “sobre la puerta de todos los cuarteles ha de aparecer escrito con grandes letras doradas, bien visible, para que pueda ser leído a distancia, este lema que debe ser constante guía: TODO POR LA PATRIA”.

La aplicación de ambas disposiciones fue interpretada de muy diversas maneras y así se puede comprobar en todas las fachadas de las casas cuartel.



Sección del plano del cuartel de Castellón

En octubre de 1850 se recibió en todos los puestos una Circular que decía: “La decencia y bien estar de los Guardias casados, exige que posean una cama conyugal, proporcionada a su clase. Bajo este supuesto, será obligatorio en lo sucesivo, para los que obtengan permiso para contraer matrimonio, el poseer dicha cama”.

Dos años después, en enero de 1852, otra Circular ordenaba a los Jefes de Tercio: “Habiendo llegado a mi noticia que algunas mujeres de Sargentos, Cabos y Guardias, cuyos maridos ejercen las funciones de Comandantes de puesto, se ocupan de guisar la comida para los Guardias de los mismos, prevengo a V.S. que no permita que las referidas mujeres tengan dicha ocupación por ser contrario a la disciplina las consecuencias que pueda surgir de ella. Las que se hallen en este caso cesaran en 1º de febrero próximo”.




Al haber ocurrido varios accidentes por uso indebido de las armas, el duque de Ahumada dispuso en febrero de 1849: “queda rigurosamente prohibido en el Cuerpo, que sus individuos salgan a tirar a los pájaros ni a ninguna otra especie de caza, como así mismo el hacer uso de otras armas que las prevenidas en el Reglamento”.




SELLOS DE LA COMANDANCIA

La palabra sello define tanto al instrumento con imágenes grabadas que, a través de la impresión de tinta sobre el papel, se utiliza para autorizar documentos, como al resultado del uso de ese instrumento, generalmente al lado de una firma.




Lógicamente, la Guardia Civil hizo uso de los sellos desde su fundación, para respaldar la autenticidad de las firmas en los documentos y sus 175 años de historia tienen su reflejo en los múltiples diseños empleados. Hemos intentado mostrar en el blog sellos de cada uno de los puestos que han existido en nuestra provincia, seleccionando los más habituales, pero aquí mostramos otra serie distinta, utilizada durante la época de los “maquis” en Puestos y Destacamentos de circunstancias, y alguna curiosa rareza.



Sello de la Guardia Civil de 1873 empleado por una Comandancia carlista con la leyenda “Dios, Patria, Rey”.



Sello de la Guardia Civil de 1939 empleado por la Comandancia Militar de Burriana.






Clement R. Attlee, líder del Partido Laborista británico, realizó una visita a Castellón a finales de 1937, siendo recibido por el Teniente Coronel Alejandrino dos Santos, Comandante Militar de Castellón. En el cuartel de la calle Félix Breva, que hasta el comienzo de la Guerra Civil había sido la sede de la Comandancia de la Guardia Civil tuvo la oportunidad de dirigirse a un grupo de militares formados, ya que se inclinaba porque el Reino Unido apoyase al Gobierno republicano. En una reseña publicada en inglés de su intervención se indica que habló a los “N.C.O.s”, lo que nos permite sospechar que quienes escuchaban eran los alumnos de la Escuela Popular de Guerra de Villarreal, traídos especialmente para el acto.




Carlos Almazán nos ha proporcionado dos fotografías de aquella visita. En la primera vemos a Attle dirigirse a los soldados formados y en la segunda le vemos acompañado por el Teniente Coronel dos Santos y por el Diputado Phillips Noel-Baker. Attlee fue Primer Ministro británico entre 1945 y 1951.




El Teniente Coronel Alejandrino dos Santos, de nacionalidad portuguesa, había sido propietario de un garaje en Madrid cuando era todavía civil y había sido detenido por transportar y ocultar armas y explosivos para la Revolución de 1934. Declaró que unas planchas de acero requisadas en Cádiz y unos tractores hallados en Sevilla estaban destinados a ser convertidos por los huelguistas revolucionarios en vehículos blindados. Al comenzar la Guerra Civil se incorporó el Ejército republicano, mandó a los Carabineros en Castellón, ascendió a teniente coronel en abril de 1937, siendo nombrado Comandante Militar de la plaza. Al finalizar la guerra, ya de coronel, pasó a Francia al frente de su unidad, con la que cruzó la frontera mientras su banda de música interpretaba el Himno de Riego y la Marsellesa.



Queta Ródenas nos ha proporcionado unos documentos de los que rescatamos la siguiente anécdota. La ciudadana francesa Elena Fonchain solicitó autorización en noviembre de 1928 “para tener tanguistas o camareras en el Bar Rosales de la calle Pelayo nº 47” y el Gobernador Civil de Castellón quiso conocer la opinión del Teniente Coronel Jefe de la Comandancia. Éste contestó que se hallaba cercano a la Casa Cuartel (se había trasladado a la calle Félix Breva) y que “sería contraproducente establecer este lugar de orgía tan próximo”. La Comisión Técnica de Espectáculos informó favorablemente y el Jefe de la Comandancia reiteró su informe desfavorable, en agosto siguiente, porque “se han visto con trajes atentatorios a la moral y con descoco a las moradoras de aquella casa”.

Actualizado el 24 de diciembre de 2018

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